El HTML es «el lenguaje de la web». Todo lleva una serie de etiquetas que le informan al navegador cómo tiene que mostrar la información de cada página. No solo el aspecto —que además ahora se utiliza otro sistema de reglas como el CSS para el diseño—, sino además la estructura de cada bloque de contenido. Para decirlo mal y rápido: El HTML se encarga de la estructura mediante etiquetas y el CSS del aspecto mediante reglas.A nuestros fines, en la redacción web, no nos interesa mucho ni uno ni otro, pero es necesario saber que gracias a ellos podemos mostrar adecuadamente el contenido. Texto justificado, tamaño y tipo de letra, colores, etc.
Sin embargo hay una serie de etiquetas que debemos saber de forma obligada, esenciales para realizar un buen trabajo. Éstas se utilizan «encerrando» el texto o elemento en cuestión. Cada una, desde luego, tiene su propio modo de identificación.
La etiqueta de apertura es <html> y la de cierre </html>. Es decir que la de cierre usa una barra /. Todas las etiquetas deben estar correctamente cerradas para mostrarse adecuadamente, caso contrario podríamos ver muchos errores en su presentación.
Ahora bien, para cualquier plataforma nos vamos a encontrar con dos opciones, una es WYSIWYG —por sus siglas del inglés: What You See Is What You Get (Lo que ves es lo que obtienes)—, la otra es la «Edición HTML».
En la primera —«Redactar» en Blogger, «Visual» en Wordpress— tenemos aparentemente todo servido, botones para aplicar todo tipo de formato e insertar otro tanto a sólo un click de distancia. El gran inconveniente es que a menudo se añade automáticamente todo tipo de código que no vemos, a menudo duplicado. No tenemos realmente control sobre aquello que publiquemos, aunque no todo sea visto puede llevar a muy feos resultados.
Para evitar estos inconvenientes y perder tiempo aconsejo enormemente escribir siempre directamente desde la opción «HTML». Puede parecer algo más feo y resultar un poco engorroso, pero es %100 efectivo, tenemos absoluto control para asegurarnos que no aparezca nada raro y una vez que nos acostumbramos no se nota la diferencia a la hora de redactar.
Por su parte, si escribimos directamente ahí —o copiamos el contenido luego de haberlo hecho con otro editor de texto— también contaremos con botones para insertar las etiquetas más básicas para dar formato, por tanto no tendríamos que escribir prácticamente nada de código.
Para hacerlo, en cualquiera de los casos, basta seleccionar el texto y presionar el botón que aplica las propiedades que queramos o bien, escribirlas directamente.
Algunas de las más populares son:
<b>Negrita</b> o <strong>Negrita</strong>
<i>Cursiva</i> o <em>Cursiva</em>
<u>Subrayado</u>
<strike>tachado</strike>Blogger utiliza por defecto el primer sistema —<b> e <i>— y Wordpress el segundo —<strong> y <em>.
Por su parte, también se le puede dar estilo a través del CSS, utilizando en la etiqueta «Style». De esta forma se podrán cambiar las propiedades de todos los elementos de esas etiquetas del sitio completo tan solo modificando la regla que lo define en la plantilla. Este recurso puede ser un tanto más avanzado y no lo veo necesario, entre otras razones porque debe introducirse más texto.
En próximos artículos estaré profundizando en sus funciones y deteniéndome en otras, como los encabezados, los enlaces, las imágenes y demás. Por ahora tan sólo quería mencionar éstas, que impactan directamente en el texto.
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